Desde hace años he asistido a eventos, seminarios, congresos y con frecuencia escucho frases como:
“ Vivimos en la era de la información…”
“ Las viejas acciones de marketing ya no funcionan…”
“ El consumidor ha cambiado…”
Estas frases hacen parte del guión de cualquier presentación relacionada con marketing, innovación o emprendimiento y aunque pueden ser verdades innegables, la pregunta que siempre me hago es:
¿Cómo estamos preparando a nuestros negocios para enfrentar los desafíos del mundo digital?
Al buscar información observo la tendencia que indica un aumento en el número de empresas que día a día están apostando en la arena digital.
En 2019, el gasto mundial en publicidad digital ha aumentado un 17.6% ($ 333.25 mil millones) comparado con el año anterior.

Eso significa que por primera vez lo digital representará aproximadamente la mitad del mercado publicitario global.
En una encuesta practicada por Gartner, 125.000 empresas afirmaron que esperaban que los ingresos provenientes de sus iniciativas digitales aumentaran en cerca del 80%. Un porcentaje bastante ambicioso en mi criterio.
Observamos lo “digital” como el super héroe que salvará a nuestras empresas en un entorno cada vez más competido y agresivo pero es posible que no sea cierto.
Digital NO significa exitoso…
La formula mágica que conduce al “éxito digital” no existe; la prueba deliberada, el análisis permanente y la adopción de una cultura orientada al cambio minimizan en gran medida la ocurrencia de errores y permiten optimizar todo lo que hacemos para promover nuestros productos o servicios.
Aunque pueden existir muchas más, puedo citar con base en mi experiencia 5 fallas comunes al abordar las iniciativas digitales:
Ausencia de liderazgo en tecnología.
Hoy ninguna empresa es ajena al entorno tecnológico, pero en algunas el papel que juega el “Gerente de Tecnología” no llega más allá de garantizar una relativa estabilidad de las aplicaciones y los equipos del sistema informático.
Su trabajo podría estar orientado a involucrarse con los clientes para conocer su verdadera “necesidad” y de esta forma trabajar para mejorar su experiencia a través de los distintos puntos de contacto existentes en el proceso comercial.
Quienes lideran las áreas de tecnología tienen una responsabilidad enorme con las personas y los procesos dentro de la organización para asegurar que entregan resultados que ayudan a lograr los objetivos del negocio.
Falta de interés por los datos y el análisis de los mismos.
Toda empresa o negocio posee información de sus clientes, los productos y los procesos que gestiona.
Estamos próximos a la avalancha del IoT (Internet de las cosas) y esto traerá a las organizaciones cambios en la relación con el cliente produciendo más datos.
¿Realmente analizamos los datos que a diario generan las personas alrededor de nuestros productos y servicios?
Seguro que no porque las tareas del día a día nos alejan de esa posibilidad.
No es extraño cuando escuchamos comentarios acerca de la efectividad de las plataformas tecnológicas sin ir más allá para encontrar una relación de causalidad en los resultados alcanzados.
Insuficiente Sinergia Digital.
Algunas organizaciones ya comenzaron el viaje hacia la Transformación Digital pero esta misión no puede ser el proyecto de una sola persona, ejemplo: Líder del área informática o del Gerente de Innovación.
Digital no es un área o un Departamento. Es una forma de trabajar para lograr un objetivo común.
Las diferencias entre las personas de distintas áreas en las empresas es una realidad y constituye una verdadera amenaza para cualquier iniciativa digital.
Desconexión del talento humano
Observamos un espectro generacional en las empresas: Desde los «baby boomers» hasta la «Generación Z» y este aspecto determina el tipo de competencias que deben desarrollarse acorde con los retos de la nueva economía digital.
Un ejemplo simple lo vemos cuando adoptamos esquemas de trabajo basados en la nube.
Varias personas de nuestro equipo aún marcharán al ritmo de las carpetas compartidas y los archivos con diferentes versiones en sus computadores de trabajo.
Alinear competencias con procesos y herramientas es un reto para quienes lideran las empresas pero a lo anterior se suma el desafío de retener el talento valioso.
Preocupación por las tácticas y no por las estrategias.
Nos hemos dejado llevar por el boom de la «Productividad» y la oferta de herramientas y aplicaciones está a la orden del día, pero son lo que realmente necesitamos.
Todo proyecto en IT (Tecnología de la información) debería ser el resultado de un análisis detallado con un enfoque práctico sobre las necesidades de nuestros clientes y luego encontrar el punto de equilibrio con las necesidades de nuestra organización.
Finalmente:
¿Hay que Transformar nuestras empresas adaptándolas al entorno Digital?
Claro que si, pero de la manera como lo hagamos dependerá el éxito o una mala experiencia en nuestros negocios…
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